Un grupo de barcos fresqueros armó para la engraulis, pero luego de varias semanas no logran encontrar regularidad. Algunos evalúan cambiar de especie y pescar caballa al sur de Claromecó.
Las especies pelágicas que captura la flota fresquera marplatense en este último tramo del año no regalan la regularidad que les gustaría a los pescadores.
Especialmente la anchoíta bonaerense del stock al sur del 41°S. Hace un par de semanas comenzaron los primeros intentos de búsqueda al sur del puerto marplatense, unas millas afuera de Villa Gesell.
Barcos como el “Raffaela”, “Ciudad Feliz”, “Steffany” y “Sfida” aportaron los primeros cajones de la temporada. Hasta el pasado 30 de septiembre dicho stock acumulaba 705 toneladas en Mar del Plata.
El tamaño era muy bueno, entre 35 y 38 piezas por kilo con buena demanda de las conserveras locales que pagaron por arriba de los mil pesos por kilo.
Las fábricas pudieron de esta forma reemplazar la anchoa que dejaron de enviar los costeros de Rawson, cuya flota más grande se volcó a la pesca de langostino.
Pero en los últimos días, luego de un periodo de mal tiempo, a la flota ya le costó encontrar las marcas y los que terminaron marea llegaron a puerto con la bodega incompleta. El Sfida no tuvo esa suerte. “Llevamos un par de días buscando, pero no la podemos encontrar”, dijo su armador, Mariano Retrivi. “Si no aparece no sé si desarmamos o vamos a caballa, aunque la están pagando muy poco”, lamentó.
Ante este panorama lleno de interrogantes que despliega la anchoíta bonaerense, por ahora en Rawson se mantienen a la expectativa de poder reanudar la zafra y completar los 100 mil cajones comprometidos.
“Por el momento las fábricas se están apoyando en la captura de la flota marplatense. Si se llegara a cortar o la anchoíta se achica mucho, quizás podríamos volver a salir”, confió Fabián, un operador que hilvana la captura del sur con la industria marplatense.
Justamente por una cuestión de tamaño se redujo a cero la zafra de anchoa en Rawson cuando el par de barcos que la seguían pescando no pudieron encontrar un pescado más grande.
La caballa muestra regularidad en los tamaños y la eficacia de los capitanes de pesca, con experiencia en el comportamiento del recurso, les permite seguir las marcas, ahora frente a Claromecó. Por ahora son solo dos barcos los que mantienen activa la zafra. Se trata del “Júpiter II” y el “Floridablanca”.
“Hay una demanda sostenida de caballa”, señaló Rubén Sayago, armador del “Florida”. Al inicio de la zafra las conserveras ofrecían pagarla 700 pesos por kilo y ahora la pagan por arriba de 800 pesos. “Si se suman más barcos será lógico que baje, pero nosotros logramos colocar el pescado a 900 pesos”, destacó.
FUENTE: www.revistapuerto.com.ar





